Bi Polar

martes, 17 de noviembre de 2009

A nadie le encanta el cine / Nobody loves the cinema


"Eres como todos los tíos, pero, en vez de con el fútbol, con lo de ir al cine". Este ha sido el reproche que más me ha gustado de todos los que me han dedicado. Lo sigo agradeciendo todavía más que los comentarios que muestran claramente su desacuerdo con las opiniones del que suscribe.

¡Qué fácil y qué corriente es decir "Me gusta ir al cine"! Y luego resulta que NO ES VERDAD. Uno supone que, si gusta, es que APASIONA y que se hace lo posible por practicar esta actividad. Pero, muchas veces, hay planes de ir a ver una película y... ah, oh, vienen los "es ques" y los "¿Y si no...?" y se cambia de idea por distintos motivos:

1.- se está muy agusto dando una vuelta, tomándose algo o ...otras cosas y lo primero que se sacrifica es ir al cine

2.- se plantea ir a cierta peli, pero la sala comercial en cuestión o bien a) está lejos, b) hay demasiada gente porque es sábado, o c) los asientos recuerdan a la alfombra de un fakir

3.-
hace calorcito -o fresquito- y se oyen frases como "¿Meterme yo en un sitio cerrado en verano?"

4.- estando de viaje, se considera una pérdida de tiempo conocer las salas comerciales de otro país y no digamos de otra ciudad del nuestro

5.- no hay ganas de leer letreritos o, por el contrario, la nueva MODAlidad: "es que está doblada"

Y falta el más socorrido: "Yo es que al cine no voy solo" (Más bien sola).

Para cualquier sensualista que se precie, estar en una sala de cine es la culminación de una velada placentera; ante las ganas de no perderse determinada película, las condiciones del local pasan a un segundo plano (obsérvese la agudeza léxica de la expresión); pocas veces viene mal un aire acondicionado con sonido e imagen; esos sitios siempre le resultan interesantes en otras latitudes, etcétera.

Este fin de semana estuvo el sensualista en un Festival de Cine Europeo (¿adivinan cuál?) y quería ver cierto largometraje para el que -ya el día anterior- se habían agotado las entradas. Esto afirmó una de las taquilleras; menos mal que se le preguntó a otra, que dijo: "Una hora antes liberan algunas".

Allí que se plantó el que les habla sesenta minutos antes del momento de la proyección de Wrong Rosary y se encontró con otros tres gatos que estaban esperando que se liberaran entradas para otra peli. Pero no había noticias de la liberación. Allí estábamos los cuatro aguardando el gran instante ...como a las puertas de una cárcel o de un zulo... comentando la tardanza ...hasta que, después de interminables minutos, ¡liberaron a las cautivas!

[Tranquilos todos: habrá otro texto sobre Pequeñas e Insustanciales Anécdotas Registradas en Distintas Salas de Cine del Mundo, con el subtítulo 'Desde Chipre hasta Texas pasando por Túnez']



Un motivo final que demuestra la falsedad de la variante "Me-encanta-ir-al-cine" es que a esos sitios se va...
1º) a comer (en lugar de al restaurante tipo Palomitería);
2º) a charlar (comentando aspectos de la película o lo estúpida que es la amiga ausente), o
3º) a toser.

Díganme ustedes, por favor, que sí, que les gusta ir al cine. Porque no se atreverán a afirmar lo contrario. Y pónganse en fila para justificar su opción.

En realidad... (lo diré bajito) a mí tampoco me gusta ir al cine. Pero solo tengo tres motivos y son fáciles de superar: uno) me cuesta soportar versiones dobladas; dos) es molesto convivir con multitudes, y tres) me encanta dormirme en la penumbra sentado en una butaca y con una buena película aburrida de fondo. Todo lo demás son ventajas.



23 comentarios:

theodore dijo...

Oh querido Polo, ya sabes que a mí me gusta tanto el cine que no lo cambio por ninguna otra actividad. Y cuando digo ninguna, es ninguna. Tengo desde que empecé el blog un post pendiente sobre ello, pero temo que resultaría aburrido, así que siempre lo dejo pendiente.

La frase que más hemos pronunciado en nuestra filmidad es "Aquí la gente viene a comer".

Y lo bueno o malo de vivir en un erial es que no te puedes permitir el lujo de rechazar algo por estar doblado, el doblaje acaba siendo un mal menor, que siempre se podrá aliviar con el dvd...si, ese dvd que nunca se ve porque lo que gusta de verdad es ir al cine. No solamente ver películas.

El Cinéfilo Ignorante dijo...

Oh, queri(Teo)dor: sospechaba que ibas a ser, esta vez más que otras, el primero en comentar.

Es larga nuestra filmidad y da para mucho. Recordando sin pensar mucho, me viene a la cabeza lo que dijo aquella taquillera: que la otra era una película de CHÁKSPEARE.

A mí me ha ido gustando más ir al cine con el tiempo. Antes la frecuencia de mis visitas dependía de mis amistades o parejas. Ahora no.

Es verdad lo del erial aunque estamos mejor que las ciudades que nos rodean.

Espero, pues, que te haya gustado esta "entrada" (je je).

Juan Pablo Herencia dijo...

Comer en el cine, ¿por qué no mezclar placeres? Y si pudiera encender mi pipa en la sala, entonces sería la leche.

Al cine he ido a comer, a refugiarme de la gente, a descansar, a dormir a pierna suelta, a meter mano, a tener sexo oral, a relajar los ojos del sol con otro sol más controlable, a escuchar música (me tragué American Pie sin rechistar por una canción que quería escuchar y que sólo apareció dos segundos, de refilón, y al final), a quitarme esos putos zapatos, a estar cerca de personas sin que me agobie el contacto (más controlado, no se van a mover de la butaca), a perder el tiempo hasta que abran el bar o el museo o la tienda, a esperar el tren o el bus e incluso hasta a ver una película.

Me parece genial revindicar el cine como templo, tanto como llevarse el bocata a la iglesia (no hay mayor placer o casi no lo hay), y, por mi parte, revindico el maravilloso invento del home cinema, punta de lanza del aislacionismo al que ya cantaran Simon y Garfunkel. Antes los intelectualoides nos refugiábamos en la poesía y los libros. Ahora tenemos más opciones y podemos aislarnos-masturbarnos en casita gracias a ese invento que mencioné y, como no, a la red (series, sí, series).
Así que, con tantas opciones, más le vale al tontodelapolla que manda en los cines ponerse las pilas y ofrecer a los culturetas como yo un lugar sagrado con películas en versión original en la que un buen actor diga lo que quiere decir y no lo que un tipo en Madrid con cascos esté suponiendo. Si no, que se vayan mucho a la mierda, que se hunda el cine por mí y que abaraten los proyectores.
Para tener mal sexo, mejor quedarse en casa. ¿Cine y sexo? Coño, Polo, placeres, que parecemos tontos.

Un abrazo, compañero!

P.S: Esto es un comentario, y no algunos que conozco en blogs que poseo :-p

polo dijo...

Bueno, compañero, ¡vaya peazo comentario!

Todas esas cosas para las que has ido al cine... Creo que he hecho igual que tú. Y otras, claro: he ido a practicar idiomas para un examen gracias a la versión original, que es una listening comprehension de lo más práctico.

Recuerdo estar una tarde de verano en Madrid viniendo de Santander con destino al sur. Y pensando "¿Qué hago haciendo un viaje todo seguido?" Mejor me voy a los cines Princesa (¡tan chulos!) y veo lo que sea.

Lo que sea fue una película canadiense que me apasionó. Era algo como "Los 7 pecados" o "Cuatro historias"... Sería el año 2000.

El home cinema será El Nuevo Refugio, pero a mí todavía no me ha hecho falta esconderme en él.

Confieso que he comido en el cine... A veces lo de menos es la película. Que en cualquier sala haya sorpresas es lo mejor. ¡Y, encima, ves una peli!

theodore dijo...

Puede que fuera "Los Cinco Sentidos", de Jeremy Podeswa. Mu bonica, por cierto. Una vez empecé un post con una alusión a ella.

Queeny1971 dijo...

Hermano!
Hace tiempo que no voy al cine y veo religiosamente 7 pelis por semana....
Es más.. dejé de ir al cine por las razones que mencionás...
1. el ruido de los que van a comer
2. los boludos que no apagan los celulares
3. los que van a "ponerse al día"
4. Cada día me ahoga más la gente que va a ver las pelis "recomendadas"
5. Odio eso de tener que buscar horarios para ver películas subtituladas
6. el precio de una entrada
y podría seguir tranquilamente...
Así que prefiero ver todo lo que se me cruza en DVD, desde lo oriental que me encanta hasta lo pochoclero que va a ver todo el mundo...
PERO EN MI CASA.. tranquilita y en el 29 pulgadas...
La pucha que estoy renegada!

polo dijo...

¡Carambita, queen! ¡Siete pelis a la semana! Pena que sea en deuvedé, pero me da envidia.

Todas las razones que enumeras tienen sentido: el cine -como todos los lugares del planeta- alberga a boludos de distintas clases.

Los puntos 3, 4 y 5 están muy relacionados. 'Been there, done that'...

Supongo que dejar de ir al cine está directamente unido a la falta de tiempo (situación familiar, etc).

Escena: Brooklyn, Nueva York.
Local: Cine muy de barrio.
Horario: Nocturno
Película: Million Dollar Baby.
Aforo: casi lleno.
Suceso: se escucha de forma continua voz de mujer afroamericana hablando por teléfono en tono destemplado.
Reacción: amonestaciones del resto de la audiencia
Respuesta de la señora del móvil/celular (en voz aún más alta): HEY! CAN´T I TALK TO MY MOTHER?
Grado de credibilidad del hecho: 100%.

Y así podríamos contar más anérdotas.

Anónimo dijo...

Es curioso, la última entrada de Stanwyck también es sobre cine. Y le escribí un comentario tan largo que casi podría repetirlo aquí.

Voy al cine mucho menos que antes y no sé decir por qué, imagino que los horarios laborales me impiden ir más frecuentemente. Nunca como en el cine, jamás. Nunca hablo en el cine (casi nunca). ¿Sexo en el cine? Algún escarceo, como todos, pero nada memorable. Cine doblado, jamás. Prefiero no ir. Salas inolvidables: el Regio (Cuatro Caminos), el Bogart (Cedaceros), el Covadonga, el Bellas Artes, todos en Madrid; el Plaza, en Nueva York donde vi una película absolutamente maravillosa que acabo de adquirir en DVD, "Big Night", dirigida por Stanley Tucci (también protagonista) y Campbell Scott (qué pena, qué poco se prodiga este chico, con el talento que tiene).

Momento memorables e inolvidables en mi vida en el cine, así al tuntún: Bambi; una de Maciste; La Ley del Deseo; Carrie; Eraserhead; Arrebato; Zelig; Le rayon vert; Taxi al WC; Blue Velvet; The Matrix; Big Night; Everyone says I love you.

Marianma dijo...

A ver, esto es un prueba más.

Marianma dijo...

De manera que puedo publicar como marianma que era mi cuenta anterior, ¿ves? por eso no admitía la misma contraseña con ninita, ahora alcanzo a compender. Nunca es tarde....

Marianma dijo...

Bien ahí lo tienes.
Cuantas veces amigo mío, hemos ido al cine juntos y aún habiendo elegido tu la película te HAS DORMIDO, ¿de qué hablas? A quien realmente le gusta el cine es a mí corazón que he visto sin crítica todo lo que has sugerido y después te he comentado todas la vertientes del film, (porque tu no lo has visto a pesar de haber pagado la entrada) Ir al cine no es desplazarse físicamente hasta la sala de turno, en mi opinión consiste en observar con atención todos los matices que la industria cinematográfica brinda, para disfrutar en primer lugar, y después y subsidiariamente ofrecer una opinión sosegada de la calidad de la peli. Lo que no implica, si existe desacuerdo en el grado de bondad o los matices, que menosprecies la opinión de tu interlocutor.
No por comer más sabes comer mejor
(No está en Latín pero puede valer)
besicos
Ninita

Para las obras:

polo dijo...

En efecto: como se dice en el tercer punto que justifica que a mi tampoco me gusta el cine, adirmo y reafirmo que ME DUERNO en la sala, en penumbra,con un ruidillo de fondo y en medio de un silencio general.

Mientras no se oigan ronquidos, no importa.

[Me dormí en los cinco primeros minutos de una película que -en serio- me apasiona de principio (je, je) a fin: Les Enfants du Marais - en este cinematográficamente cutre país, La fortuna del vivir. De hecho, la menciono en el perfil de este blog.

Me dormí en Toy Story lamentándolo un poco.

Y me dormí, gracias a dios y a todos los santos, en Gomorra. Ahí me sentó de maravilla.

Y en bastantes otras.]

Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices de las opiniones sobre una película. A veces se me escapa un "Es muy mala" (sobre todo, hablando de cine español) cuando debería decir "A mí no me gusta". Tienes razón.

polo dijo...

Me parece, squirrel, que a ti SÍ te gusta ir al cine. O te gustaba. Lo demuestra hablar de las salas memorables y de ciertas películas.

De las que mencionas me dan ganas de hablar de algunas. De Eraserhead, que vi en un Salón de Actos de una facultad diciéndole a la gente que me había gustado mucho cuando en realidad me había aburrido; yo era muy jovencito y entonces se hacen esas cosas todavía más que en la actualidad. Pero estoy seguro que ahora apreciaría esa peli y la disfrutaría.

El estreno de La ley del deseo lo viví con pasión. Y me gustó tanto que he preferido no volverla a ver.

Una película muy importante en mi vida fue La historia de Bienvenido, con Marisol de protagonista. Fue una de las primeras que vi fuera del hogar. Y cómo disfruté. Ay, era un alma cándida.

Anónimo dijo...

A mí me encanta ir al cine. Esta tarde voy a ver "Precious", que según dicen por aquí va a arrasar en los próximos Oscar. Ya veremos.

Eraserhead me gustó muchísimo cuando la vi por primera vez, me aburrió la segunda, hace no demasiado. Siempre me pasa con Lynch, no soporto bien verlo más de una vez, me resulta demasiado artificioso y artificial.

Me gusta el hilo de dormirse en el cine: me dormí, sin dudas, en la trilogía del señor de los anillos. Es que me interesa poquísimo toda la historia. Me dormí este año en Benjamin Button, y eso que me gustó bastante. De pequeño me dormía siempre, y me quedaba a la siguiente sesión (qué pena que ya no haya sesión continua) para horror de mi madre, que no tenía más remedio que tragarse de nuevo lo que tocase.

polo dijo...

No me resisto a hablar de películas, squirrel.

Lynch me ha gustado mucho. Me sorprendió y me cautivó Una historia verdadera, vista en unos cines míticos para mí, los Avenida (Sevilla), antiguos, tranquilos, muy céntricos y todo en versión original.

Benjamin Button me angustió, me conmovió, me entretuvo y me confirmó que Mr Pitt es un pésimo actor: estropea el guión con su pavo. En Austin, TX, me compré el libro, un minúsculo relato mucho más onírico que la película.

Qué chula tu historia de dormirte de pequeño. Ay, la sesión continua, qué invento.

Casi estoy seguro de que volverá la sesión continua -o algo así de espectacular- porque (me lo dijo un director de unos grandes y modernos multicines de mi ciudad de residencia) pensaban en inventarse una historia llamativa para volver a atraer al público al cine.

Atención: en Inglaterra abren cines porque va más gente. A veces tener un tiempo horrible resulta ser ventajoso.

Gracias por tus opiniones. Y espero que te guste Precious.

Anónimo dijo...

Pues Precious... pichí pachá. La historia es tremebunda y las interpretaciones (con excepciones) de primera. Pero es un tanto de cartón-piedra, con bastante estereotipo un poco superado. Mariah Carey sin maquillaje da miedo. Hay muchas citas a "Todo sobre mi madre", o al menos así me lo parece. Y un aura a "Cinéma vérité" un pelín cargante. Pero merece la pena. Eso sí, si la diesen en sesión continua, no me quedaría a verla una segunda vez. Además, el público USA es un poco lo peor, hacen muchísimo ruido. El olor de las palomitas con (litros de) mantequilla era de lo más tentador... pero no, no caí.

polo dijo...

Gracias, squirrel, por la informaçao. Se confirma lo del público ruidoso de allá: espero que hayas visto mi comentario en el que describo una anécdota en un cine de Brookyn, NYC.

La sala chula fue una en la que vi una peli indie USA que me gustó mucho (Wendy & Lucy - probable guiño al duo paisleyparkiano): delante de la fila de butacas había una pequeña barra; al principio, se acercaba camarera que te traía plato solicitado (fast food, claro,< y ese megavaso de agua helada con hielo que me encanta) - y muchos folletos culturetas en la entrada.

...Supongo que será porque es ciudad universitaria.

Hoy iba yo a ir a ver Partir, con sergi López, pero al final me he rajado: tar(e)as del hogar y del trabajo. Todo el día solo en casa haciendo lo que me ha dado la gana: un buen plan, de verdad.

Un abrazo más de verdad todavía.

polo dijo...

Pequeño olvido: la ciudad universitaria era Austin, Texas.

Jessik_Bokis dijo...

Sinceramente... y siguiendo tu "lógica". Podría usar tu frase de "a mí no me gusta ir al cine". Pero lo cierto es que lo que me gustan son cosas un poco curiosas y que me voy a dignar a contar..

-Me gusta la gran posibilidad de sentir una película y casi meterte en ella sin tener que bajar el volumen a favor del bienestar del vecindario.

-Me gusta la sensación de ver una película con únicamente otra persona -especial para ti- (ignorando al resto), y sentir que esa peli estaba hecha "para nosotros" y que ambos con miradas podemos interpretar esos "mensajitos" que ciertas películas (de hacer pensar)te sueltan.

-Me gusta sólo ver películas que realmente me llamen la atención, aunque he tenido unas temporadas en las que apreciaba "EL CINE" en sí y disfrutaba cualquier cosa.

-Me gustaría que el cine no fuese tan caro y supuestamente iría más... me no le hago feos a ver una peli en casa. Tengo unas normas..."PELI IMPRESIONANTE Y SUPERPRODUCCIÓN"--> EN EL CINE, "PELI ÍNTIMA Y DE HACER PENSAR "-exceptuando pelis que fomentan de complicidad- ---> EN CASITA

Así son las cosas y así te las he contado.

Un abrazo

Bokis.

polo dijo...

Muy oportunas frases, Bokis. Tienes las cosas claras.

Todos pasamos épocas. En algunas es verdad que, con la fascinación de la GRAN pantalla, nos vemos cualquier peli.

Si no fuera porque, para todo el mundo, la frase "Mi problema es el tiempo" es más que cierta, eso de ver toda película a mí me gusta.

Pintada en Barcelona: una tele sencilla, con sus antenitas, y, dentro de ella, se lee
GO TO THE MOVIES. THE SCREEN IS BIGGER.

Después hay otro tipo de fascinación: el que aparezca cierta peli adornada por el hecho de que le encante a todo el mundo (o una sola persona que se llama crítico o 'amigo cinéfilo') y que necesitamos ver porque, si no, estamos fuera de onda. Y a poca gente le gusta no enterarse de nada.

En eso creo que hemos caído todos y nos hemos tragado bodrios adorados por otros. ¿Ejemplos? Muchos. Yo encuentro muchos en el último cine español.

Y no sé si a ti -a vosotros- os afecta EL MONO. Después de varios días sin meterme en un cine, sufro ataques invisibles también conocidos como síntomas del síndrome de abstinencia, en el que se echan de menos visitas a una sala comercial, oscurita, tranquila, fascinante, en la que, además, hay imagen y sonido.

Lo que más me gusta de tus normas es que tienen excepciones.

Un beso.

Argax dijo...

Comentando un poco por encima, lo que más me ha llamado la atención es eso de "a mi es que al cine no me gusta ir sólo", ante esa frase siempre pienso del que la emite: "entonces es que no sabes hacer nada por ti mismo"
Estereotipos de alguien que ama la singularidad y la originalidad en la personalidad de las gentes.

Saludos.

polo dijo...

Argax: en realidad, es muy fácil ir al cine solo, al contrario que jugar al ajedrez o al ping-pong.

Voy bastantes veces solo al cine. Y hace un tiempo todavía más.

El pequeño inconveniente es en los macrocentros comerciales; ahí sí me da corte ir al cine en soledad, entre palomiteros y pandilleros.

Pero dice un amigo común que AL CINE HAY QUE IR SOLO. Creo que sabemos que tiene muchas ventajas, ¿verdad?

Fernanda dijo...

Yo he sentido muchos cambios en mis costumbres cuando pude ver peliculas desde el Internet, y de verdad me desacostumbré de ir al cine.