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Continuamos la saga de los países pequeños. Los últimos viajes han tenido como destino países de poca extensión, a saber, Chipre y Uruguay. Ahora le toca el turno al techo de la Tierra -¡oh, ah, la aliTEración!- y a él también se le pueden aplicar las características de este tipo de naciones.
Con todos ustedes, ¡la República Federal de Nepal! Primero de todo: es de los viajes que peor llevamos preparados aunque bien es verdad que, a día de hoy, nos quedan casi dos semanas para salir de Madrid, hacer escala en Doha, capital de Qatar, y plantarse en el aeropuerto de Katmandú.
Punk-rock de un primo carnal del sensualista
¿A qué les suena a ustedes Nepal? A trekking, a Himalaya, a guerrilla maoísta, a influencia hundú, a hippies colgados, a regicidio espantoso, a exiliados tibetanos, a proclamación de República, a convivencia religiosa, a huelgas inesperadas y, sobre todo, a amabilidad de habitantes agradecidos.
El contacto del sensualista con este país viene de la mano de almas generosas como las de Bibhushan, Pushkar, Sudeep y Sharmila. ¿Conocen a algún nepalí? Pues el autor de esta especie de blog sí ha tenido esa suerte.
Música pop 'normalita' en el techo del mundo
La idea de este viaje está lejos de perderse en las montañas y de seguir un cursillo de meditación transcendental -aunque nunca se sabe. Se pretende descansar, empaparse de vida nepalí conociendo templos y mercados sin dejar de admirar vistas de cimas y lagos.
Creo que Pokhara es lo más
Pretendemos, por ejemplo, conocer Bollywood más de cerca así como tomar unos exquisitos momos y hacer una excursión una a la localidad de la imagen que figura más arriba. ¿Una excursión? ¿Qué es del viajero infatigable que, una vez situado en plena Bramaputra, a decenas de miles de kilómetros de su residencia habitual, se dedicaba a recorrer rincones y vericuetos del país que visita? ¿A quién hay que pedirle responsabilidades? Queridos amigos: la culpa la tienen los monzones y sus terribles lluvias, que tienen lugar en julio y agosto.
Ay, qué sustillio
Tranquilos, que llevamos todas las vacunas posibles.
Otros viajes ya dieron la oportunidad de protegerse de ignotas enfermedades. En la consulta del Servicio de Sanidad Exterior, la amable médico espetó un "No he visto una tarjeta sanitaria tan actualizada".
Si le quitas los guitarrazos... a mí me gusta (aunque no se qué va)
Ahora les toca a ustedes. Tan solo digan ¿A qué les suena Nepal? Porque el sensualista quiere aprender o, al menos, conocer otras impresiones. Namaste!
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sábado, 17 de julio de 2010
sábado, 10 de julio de 2010
¿España es la mejor? (y II) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Spain is the best? (ii)
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[VIENE DE LA ENTRADA ANTERIOR]
Banda sonora muy original. Sí: es él.
Vale, vale: ¿alguien se ha sentido ofendido? No era esa la intención. Para que vean que no se trata de un texto anti-algo, les contamos cosas que nos gustan de esta tierra, DIEZ MOTIVOS PARA VIVIR AQUÍ:
1. Esta gente ha demostrado una capacidad de evolución social -la más compleja- que ya la quisieran otros: es verdad que no la conoce ni la madre que la parió desde la desaparición del régimen dictatorial. Se vive de un modo sorprendentemente positivo la convivencia con un chico homosexual o la proliferación de playas nudistas. Bueno, sí: queda mucho por hacer.
2. Vamos con el tópico de que la comida está muy rica y que hay de (casi) todo. Cierto. Como lo es que, todavía, muchas conversaciones suelen tener el buen gusto de tratar de la calidad de los alimentos, de cómo condimentar y de la forma de presentarlos. ¡Ah, esos mercados de abastos!
3. La distribución del tiempo responde a criterios sanos. No podemos decir que la partición de la jornada laboral sea buena para la economía, pero, para el que puede, ¡que bien viene una siesta! No se habla de siesta de pijama, padre nuestro y orinal, sino del relax que debe seguir a la ingestión de alimentos saludables.
4. Hay una variedad de climas que permite gozar del calor y disfrutar del frío. En el verano abrasador es posible pasar fresquito a no muchos kilómetros. Tampoco queda lejos encontrar calor en pleno invierno. Tenemos una primavera que acaricia y que tonifica y que la sangre altera.
5. La riqueza lingüística de esta nuestra Espanya es un hecho al que, por cierto, deberíamos prestar más atención. Ya se opinó aquí sobre los atractivos de los idiomas y dialectos hablados por estos pagos; no me canso de subrayar la belleza del catalán. Sí, del castellano, también, pero ¿y si lo mimáramos un poco más?
Sí, sí, mucho "profesorado", "alumnado", "jóvenes" y "jóvenas", pero ¡que vengan los colombianos y que nos ayuden ya!
6. Los hombres y las mujeres son guapos y guapas. O eso le parece a uno porque es de aquí y le gustan sus iguales. También se lo pueden preguntar a Ava Gardner o a Norman Foster, que han podido escoger por donde les ha dado la gana. Aterrizar en Barajas también tiene esa alegría para la vista.
7. La familia y el apoyo al hijo o hermano en momentos trágicos no se da como aquí. En épocas de grave crisis económica o, más difícil todavía, personal, la víctima encuentra un sostén que contribuye a salvar a todo un Producto Interior Bruto de la debacle más estrepitosa. La sobreprotección tiene sus ventajas.
8. Gusta poder disfrutar de la noche. En las ciudades, es fácil encontrar un sitio abierto a las tantísimas o incluso toparse con alguien a quien contarle penas o con el que compartir alegrías a horas intempestivas. Acostarse bien tarde no está nada mal visto.
9. La frase es "Para ser pintor genial, hay que haber nacido en España" (A.G.). Saber que sobreviven las obras de don Diego de Velázquez garantiza momentos de éxtasis. Reconocer que aquí las artes plásticas han evolucionado de forma sabia puede llenar de orgullo. Algo esto tiene que ver con un patrimonio artístico impresionante empezando por los centros históricos de la mayoría de pueblos y ciudades.
10. El décimo -el de lotería, no- también se lo dejamos a ustedes. Seguro que tienen en la mente otra virtud patria que puede o no puede coincidir con la que aquí ocultamos. Sírvanosla si tienen a bien.
Y, sin embargo, me gusta:
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[VIENE DE LA ENTRADA ANTERIOR]
Banda sonora muy original. Sí: es él.
Vale, vale: ¿alguien se ha sentido ofendido? No era esa la intención. Para que vean que no se trata de un texto anti-algo, les contamos cosas que nos gustan de esta tierra, DIEZ MOTIVOS PARA VIVIR AQUÍ:
1. Esta gente ha demostrado una capacidad de evolución social -la más compleja- que ya la quisieran otros: es verdad que no la conoce ni la madre que la parió desde la desaparición del régimen dictatorial. Se vive de un modo sorprendentemente positivo la convivencia con un chico homosexual o la proliferación de playas nudistas. Bueno, sí: queda mucho por hacer.
2. Vamos con el tópico de que la comida está muy rica y que hay de (casi) todo. Cierto. Como lo es que, todavía, muchas conversaciones suelen tener el buen gusto de tratar de la calidad de los alimentos, de cómo condimentar y de la forma de presentarlos. ¡Ah, esos mercados de abastos!
3. La distribución del tiempo responde a criterios sanos. No podemos decir que la partición de la jornada laboral sea buena para la economía, pero, para el que puede, ¡que bien viene una siesta! No se habla de siesta de pijama, padre nuestro y orinal, sino del relax que debe seguir a la ingestión de alimentos saludables.
4. Hay una variedad de climas que permite gozar del calor y disfrutar del frío. En el verano abrasador es posible pasar fresquito a no muchos kilómetros. Tampoco queda lejos encontrar calor en pleno invierno. Tenemos una primavera que acaricia y que tonifica y que la sangre altera.
5. La riqueza lingüística de esta nuestra Espanya es un hecho al que, por cierto, deberíamos prestar más atención. Ya se opinó aquí sobre los atractivos de los idiomas y dialectos hablados por estos pagos; no me canso de subrayar la belleza del catalán. Sí, del castellano, también, pero ¿y si lo mimáramos un poco más?
Sí, sí, mucho "profesorado", "alumnado", "jóvenes" y "jóvenas", pero ¡que vengan los colombianos y que nos ayuden ya!
6. Los hombres y las mujeres son guapos y guapas. O eso le parece a uno porque es de aquí y le gustan sus iguales. También se lo pueden preguntar a Ava Gardner o a Norman Foster, que han podido escoger por donde les ha dado la gana. Aterrizar en Barajas también tiene esa alegría para la vista.
7. La familia y el apoyo al hijo o hermano en momentos trágicos no se da como aquí. En épocas de grave crisis económica o, más difícil todavía, personal, la víctima encuentra un sostén que contribuye a salvar a todo un Producto Interior Bruto de la debacle más estrepitosa. La sobreprotección tiene sus ventajas.
8. Gusta poder disfrutar de la noche. En las ciudades, es fácil encontrar un sitio abierto a las tantísimas o incluso toparse con alguien a quien contarle penas o con el que compartir alegrías a horas intempestivas. Acostarse bien tarde no está nada mal visto.
9. La frase es "Para ser pintor genial, hay que haber nacido en España" (A.G.). Saber que sobreviven las obras de don Diego de Velázquez garantiza momentos de éxtasis. Reconocer que aquí las artes plásticas han evolucionado de forma sabia puede llenar de orgullo. Algo esto tiene que ver con un patrimonio artístico impresionante empezando por los centros históricos de la mayoría de pueblos y ciudades.
10. El décimo -el de lotería, no- también se lo dejamos a ustedes. Seguro que tienen en la mente otra virtud patria que puede o no puede coincidir con la que aquí ocultamos. Sírvanosla si tienen a bien.
Y, sin embargo, me gusta:
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¿España es la peor? (I) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . Spain is the worst? (i)
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¡Ep pañia es la mejor! ¿La mejor nación? ¿La mejor selección? ¿La mejor ensalada? ¿La mejor? Después de fruncir el ceño, el sensualista siempre se ha hecho preguntas al escuchar esta canción, que nos habla de un país casposo, turístico y vendible. Y eso que no tenemos sino palabras de simpatía hacia el Sr. Escobar.
La tierra del amor... Y se oye este ¿refrán?
Para un sensualista, esta copla es paradigma de lo cutre frente a la imagen de modernidad con la que prometen dotar a este país los gobiernos y presidentes de turno. Ardua y nunca terminada tarea, ya que tenemos diez motivos para suponer que ESPAÑA ES UN PAÍS CUTRE:
1. Los suelos de los bares -o establecimiento público más abundante en el solar patrio y que hace las veces de restaurante, discoteca, club social, confesionario, salón de TV, consulta psicológica y escenario de tertulias e incluso de atentados- están sucios (o guarros) y nos animan a que lo sigan estando por no hablar del estado de los servicios de los mismos...
2. Persiste un aire de superioridad en la ignorancia, que se traduce en un "Que inventen ellos", que viene a ser un "Ep·paña es laaa mejoooor" pero en culto. De ahí que se cometa la bar-ba-ri-dad de doblar las peliculas. De ahí se le tenga manía a lo francés -¡con lo que tenemos que aprender de ellos!-, a lo catalán -la palabra "español" es catalana- y a lo moro -sabiendo que nuestros rasgos son un poco marroquíes.
3. La clase media española padece un nivel cultural inferior al de, por ejemplo, la clase media latinoamericana. Ello explica que se desconozcan idiomas que no sean "el cristiano". ¿Letreritos en el cine? ¿Para qué? ¡Ah, que se nos olvida que no estamos tan habituados a la lectura! Porque ¿qué español no ha leído el Quijote? ;-)
4. Se nota -lo decía un perspicaz bloguero hace poco- que uno ha llegado al Reino de España nada más oír las primeras VOCES del empleado o viajero nativo. ¿Cómo se explica la afición a expresarse a grito pelado? Se explica asi: es el país del ruido, del pueblo que rinde culto el estrépito. Pasa una ambulancia -o un coche de policía (tenemos muchos tipos de policía- con su ensordecedora sirena y el público sigue con la vista al vehículo admirado de la potencia sonora con que se anuncia una emergencia.
5. Hay una asombrosa adoración hacia LA MASA: un espectáculo está bien si las gradas están hasta la bandera (¡ooole!), una fiesta popular es chula cuando el personal está bien apretujado y un servicio religioso -con boda, mejor- merece la pena si hay gente que tuvo que quedarse de pie. He aquí el ejemplo adecuado:
Qué chulo, ¿eh?
6. La omnipresencia del fútbol y de la Iglesia Católica es, como mínimo, curiosa. Se da una atracción irresistible a ser del Madrí o del Barsa (no hay más equipos, no hay otra conversación) al tiempo que la palabra "cura" suscita interminables discusiones (vamos con la estaca o con la cruz detrás del sacerdote). Ah, claro que se alegra uno si La Roja (¿eufemismo?) gana todo lo ganable jugando bien, pues llevamos 8 Mundiales de Fúr-gol 8 de tantas promesas triunfales como de frustraciones y de juego ramplón. No, tranquilos, que no: que ya jugamos mejor.
7. Casi todo el mundo sabe que el Estado de las Autonomías es un fiasco, pero ¡qué pocos mueven un dedo para decirlo! Hemos llegado al localismo más patético, a pelearnos por sandeces, a estar controlados por más gobiernos que ningún otro país. Ya puestos en lo político, no está de más recordar la ignorancia sobre hechos históricos tan evidentes (ver punto 3) como que la Segunda República fue catastrófica en casi todos los órdenes, que la convivencia entre moros y cristianos no es más que una ilusión y que la re-acción a la dictadura centralista del general Franco ha hecho que el cuento burgués de las autonomías se nos haya ido de las manos.
Pulsen y vean
8. A los celtibéricos e insulares les gusta hablar, conversar, charlar y cotillear. El teléfono móvil causa estragos en la piel de toro; es el verdadero Dios: está en todas partes y merece obediencia y sumisión. Hablar también significa no hacer sino quedarse en las palabras: conseguir que sea la nación con más leyes que no se cumplen.
9. La bandera nacional (se entiende que de España) es de una sosería supina con perdón de los que la enarbolan en estos días de fervor patriótico. Rojo, amarillo y, otra vez, rojo. Tres bandas horizontales. Menos mal que está el escudo aunque tampoco resuelve gran cosa. Con la Unión Ibérica estaría mejor:
10. El décimo motivo de la cutreidad se los dejo a ustedes. Seguro que pueden aportar su elemento cutre preferido. Nos hemos dejado uno de los gordos a propósito y quizá coincidamos.
¡Anda que esto! Bueno, como todos.
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¡Ep pañia es la mejor! ¿La mejor nación? ¿La mejor selección? ¿La mejor ensalada? ¿La mejor? Después de fruncir el ceño, el sensualista siempre se ha hecho preguntas al escuchar esta canción, que nos habla de un país casposo, turístico y vendible. Y eso que no tenemos sino palabras de simpatía hacia el Sr. Escobar.
La tierra del amor... Y se oye este ¿refrán?
Para un sensualista, esta copla es paradigma de lo cutre frente a la imagen de modernidad con la que prometen dotar a este país los gobiernos y presidentes de turno. Ardua y nunca terminada tarea, ya que tenemos diez motivos para suponer que ESPAÑA ES UN PAÍS CUTRE:
1. Los suelos de los bares -o establecimiento público más abundante en el solar patrio y que hace las veces de restaurante, discoteca, club social, confesionario, salón de TV, consulta psicológica y escenario de tertulias e incluso de atentados- están sucios (o guarros) y nos animan a que lo sigan estando por no hablar del estado de los servicios de los mismos...
2. Persiste un aire de superioridad en la ignorancia, que se traduce en un "Que inventen ellos", que viene a ser un "Ep·paña es laaa mejoooor" pero en culto. De ahí que se cometa la bar-ba-ri-dad de doblar las peliculas. De ahí se le tenga manía a lo francés -¡con lo que tenemos que aprender de ellos!-, a lo catalán -la palabra "español" es catalana- y a lo moro -sabiendo que nuestros rasgos son un poco marroquíes.
3. La clase media española padece un nivel cultural inferior al de, por ejemplo, la clase media latinoamericana. Ello explica que se desconozcan idiomas que no sean "el cristiano". ¿Letreritos en el cine? ¿Para qué? ¡Ah, que se nos olvida que no estamos tan habituados a la lectura! Porque ¿qué español no ha leído el Quijote? ;-)
4. Se nota -lo decía un perspicaz bloguero hace poco- que uno ha llegado al Reino de España nada más oír las primeras VOCES del empleado o viajero nativo. ¿Cómo se explica la afición a expresarse a grito pelado? Se explica asi: es el país del ruido, del pueblo que rinde culto el estrépito. Pasa una ambulancia -o un coche de policía (tenemos muchos tipos de policía- con su ensordecedora sirena y el público sigue con la vista al vehículo admirado de la potencia sonora con que se anuncia una emergencia.
5. Hay una asombrosa adoración hacia LA MASA: un espectáculo está bien si las gradas están hasta la bandera (¡ooole!), una fiesta popular es chula cuando el personal está bien apretujado y un servicio religioso -con boda, mejor- merece la pena si hay gente que tuvo que quedarse de pie. He aquí el ejemplo adecuado:
Qué chulo, ¿eh?
6. La omnipresencia del fútbol y de la Iglesia Católica es, como mínimo, curiosa. Se da una atracción irresistible a ser del Madrí o del Barsa (no hay más equipos, no hay otra conversación) al tiempo que la palabra "cura" suscita interminables discusiones (vamos con la estaca o con la cruz detrás del sacerdote). Ah, claro que se alegra uno si La Roja (¿eufemismo?) gana todo lo ganable jugando bien, pues llevamos 8 Mundiales de Fúr-gol 8 de tantas promesas triunfales como de frustraciones y de juego ramplón. No, tranquilos, que no: que ya jugamos mejor.
7. Casi todo el mundo sabe que el Estado de las Autonomías es un fiasco, pero ¡qué pocos mueven un dedo para decirlo! Hemos llegado al localismo más patético, a pelearnos por sandeces, a estar controlados por más gobiernos que ningún otro país. Ya puestos en lo político, no está de más recordar la ignorancia sobre hechos históricos tan evidentes (ver punto 3) como que la Segunda República fue catastrófica en casi todos los órdenes, que la convivencia entre moros y cristianos no es más que una ilusión y que la re-acción a la dictadura centralista del general Franco ha hecho que el cuento burgués de las autonomías se nos haya ido de las manos.
Pulsen y vean
8. A los celtibéricos e insulares les gusta hablar, conversar, charlar y cotillear. El teléfono móvil causa estragos en la piel de toro; es el verdadero Dios: está en todas partes y merece obediencia y sumisión. Hablar también significa no hacer sino quedarse en las palabras: conseguir que sea la nación con más leyes que no se cumplen.
9. La bandera nacional (se entiende que de España) es de una sosería supina con perdón de los que la enarbolan en estos días de fervor patriótico. Rojo, amarillo y, otra vez, rojo. Tres bandas horizontales. Menos mal que está el escudo aunque tampoco resuelve gran cosa. Con la Unión Ibérica estaría mejor:
10. El décimo motivo de la cutreidad se los dejo a ustedes. Seguro que pueden aportar su elemento cutre preferido. Nos hemos dejado uno de los gordos a propósito y quizá coincidamos.
¡Anda que esto! Bueno, como todos.
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