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Estamos de vuelta del periplo asiático. Lo más reciente han sido tres días en Qatar. ¿Qatar? Sí: un antiguo protectorado británico localizado al este de la Península de Arabia, independizado hace 40 años y convertido en paradigma del petrodólar. Porque el dinero, la riqueza, la opulencia, la ausencia de conflictos, son norma en el Estado de Qatar.
Una canción maravillosa
¿Cómo fueron treR días en Doha, capital del emirato?
DÍA 1
Aterrizaje en el moderno aeropuerto de Doha. Comprobación de que los encargados qataríes no hablan sino que hacen pasar con gestos manuales, piden la credit card directamente para cobrar el importe del visado y dan la vuelta de una compra en riyals qataríes sin despegar los labios.
Llegada al mediodía al Gulf Horizon Hotel. Conversación con el personal del establecimiento, de nacionalidad nepalí casi en su totalidad. Verificación de que en Qatar la población inmigrante triplica a la nativa. Relax en la espaciosa habitación presidida por un cartelito en el que se indica hacia donde situarse para orar y cumplimiento del ayuno voluntario siguiendo el Ramadán.
Primer paseo por los zocos tradicionales probando los 40 grados a la sombra que duran todo el día. De noche, paseo entre los impresionantes rascacielos de la zona conocida como West Bay.
¿Es Houston? ¿Es Shicagou? ¿Es Madrís? No. Es el petrodólar.
(El sensualista colecciona recortes de prensa y miren ustedes arriba a la derecha lo que encontró recientemente: la superficie de West Bay, prácticamente vacía de edificios en 2006. Es cierto, pues, que esas espléndidas moles se han construido todas en los últimos cinco años).
Mola La Morería. En serio:
DÍA 2
Descanso de la dura vida del turista aunque aquí hay pocos turistas. Visita al centro comercial Villagio, en las afueras de Doha. Alucinación con el lujo y exquisitez del diseño. Inmensa mayoría de los establecimientos cerrados hasta ya entrada la noche en cumplimiento del Ramadán.
¿También cerrado? Pues miraremos al cielo... del centro comercial
Vuelta en uno de los taxis celestes, conducidos por indios o pakistaníes. Calor de 35 grados durante toda la noche. Visita al muy chulo zoco Souq Waqif, respetuoso con la arquitectura árabe tradicional y refugio de sufridores de los 35 grados que se padecen durante toda la noche. Paseo por tiendas, teterías, restaurantes y terrazas.
Más vida secreta de... Arabia
DÍA 3
Preparación para un programa apretado. Visita al Museo de Arte Islámico, magnífico por dentro, por fuera y también en su emplazamiento; nueva comprobación de que los qataríes no suelen utilizar la boca para hablar. Éxtasis con las obras de caligrafía árabe y estudio de los numerosos objetos procedentes de la Península Ibérica.
No se lo pierdan
Paseo por la West Bay de Doha, la zona de los rascacielos, en coche alquilado para la ocasión. Deducción de moraleja: haber cometido la equivocación de este alquiler -de supuesta limousine- en lugar de ir en un taxi de los normalitos. Fuerte impresión al contemplar los edificios de cerca a la luz del día.
Sí: los rascacielos se construyeron en los últimos cinco años. Los coches, casi todos 4 x 4.
Cita para llevar a cabo una incursión hacia el desierto en dirección sur en un imponente 4 x 4 conducido por un chófer qatari, que, cuando habla, demustra dominio de la lengua inglesa. Final brusco de la carretera asfaltada e inicio de piruetas, derrapes y lanzamientos excitantes por las dunas. Nueva comprobación de que, entre los paisajes más atractivos del planeta Tierra, se encuentran estas formaciones de arena de verdad. Re-corrido por dunas inusualmente grandes. Vistas sobre mares interiores. Avistamiento de territorio saudí. Éxtasis al contemplar el ocaso.
¡Oh! . . . . . . . . . . . . . . . . . . Ah, el lago interior
¡Qué curvas! .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Cae la tarde y me olvidé otra vez...
DÍA 4
Transporte al aeropuerto en camioneta como cortesía del hotel. Consideración de que no tiene gran mérito puesto que el combustible es cinco veces más barato que en Europa. contemplación en el control de pasaportes de la cola situada frente al mostrador que ostenta como título LADIES VERIFICATION. Asombro y conmoción del viajero al comprobar que es la cola para las mujeres cubiertas de negro de arriba a abajo. Reflexión sobre el hecho de que Qatar es uno de los países donde más se promueve el desarrollo profesional de la mujer. Despedida en el desierto.
Como CONCLUSIÓN, diremos que no hay una sola Morería, que Qatar tiene poco que ver con Marruecos y, de hecho, el árabe magrebí no se entiende en la Península de Arabia.
Esta parte del mundo no tiene problemas con robos ni con miserias económicas. La crisis financiera ha afectado mínimamente a Qatar. Así, ¿quisieran vivir ustedes un añito en este país? ¿O se conforman con los treR días que se tiró allá el sensualista? ¿Es que no le gustaron las imágenes? ¿Las canciones, tampoco? ¿No conocen a deportistas que han trabajado en Qatar? ¿Ni más canciones relacionadas con Arabia o con el desierto en general?
¡A ver si un año de estos tienen que irse allí a hacerle una visita al sensualista!
¡Pero si parece un pasodoble!
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lunes, 23 de agosto de 2010
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